En el liderazgo, el centramiento emocional es la clave que activa todas las demás competencias. Si estoy ansioso, enojado o asustado, mis conversaciones con los colaboradores estarán influenciadas por ese estado emocional. Todos lo sabemos intuitivamente: cuando se trata de conversaciones importantes, es mejor estar centrado.
Pero, ¿qué sucede cuando no puedo esperar a sentirme mejor? Esos momento en el que una palabra o un gesto de otra persona me desestabiliza. Es ahí cuando necesito autoliderarme y buscar el centramiento. Este proceso me lleva al núcleo profundo de mi identidad, donde reside mi misión y mis valores. Estar centrado es un estado de alerta relajada, en el que fluyo y siento que tengo control sobre mí mismo, conectando profundamente con mi cuerpo.
Stephen Gilligan nos recuerda que somos "estado-dependientes"; nuestra emocionalidad afecta directamente nuestros resultados. La calidad de nuestros estados internos es crucial, pues determina la coherencia entre lo que pensamos y hacemos. Un estado centrado no solo optimiza nuestro desempeño, sino que también nos permite interpretar la realidad de manera más enriquecedora.
¿Cómo reconocer mi estado interno?
Tomar conciencia de que estoy perdiendo el eje es fundamental. Este "darme cuenta" es el primer paso hacia el rescate personal. Robert Dilts introduce los conceptos de estado CRASH y estado COACH para ayudarnos a identificar nuestro estado interno.
Estado CRASH:
Contraído y tenso.
Reactivo, en lugar de proactivo.
Analizando problemas de forma reiterativa.
Separado y desconectado de mis recursos.
Herido emocionalmente.
El centramiento, por otro lado, busca llevarnos al Estado COACH:
Centrado, con conciencia somática.
Opening, receptivo a soluciones innovadoras (apertura).
Atento, con una atención consciente.
Conectado con mis metas y mis recursos.
Holding, capaz de sostener la dificultad sin "aguantar".
¿Cómo moverme del estado CRASH al estado COACH?
Toma conciencia de tu estado emocional en momentos de estrés. De esa forma identificarás cuándo es necesario centrarte. Lo mejor es hacerlo apenas sientas que estas entrando en el estado CRASH.
Respira: realiza dos o tres respiraciones profundas. Si estás en una reunión, concéntrate solo en tu respiración, eso va a ayudarte a disolver cualquier pensamiento negativo.
Relaja tu cuerpo: si estás sentado, ajusta tu postura. Si estás de pie, relaja tus hombros y da un paso hacia atrás. Esto te ayuda a disociarte de la escena y mirarla más objetivamente.
Conecta con un pensamiento positivo: recuerda una frase que que te motive; o crea una para estos momento. Frases que te conecten con tus posibilidades y recursos que ya sabes que tienes.
Observa la situación: ahora desde una nueva perspectiva, más relajada y abierta.
Pregúntate: ¿qué es lo mejor que puedo hacer ahora, tanto para mí como para la otra persona?
Al incorporar el centramiento emocional a nuestro día a día, no solo mejoramos nuestro liderazgo, sino que también nos acercamos a nuestra mejor versión, que impacta en nuestra calidad de vida.
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