Soy porque nosotros somos...
Estamos atravesando momentos de incertidumbre a nivel global, y nuestro pequeño país, acostumbrado a amortiguar los golpes, tampoco escapa a esta realidad. Están ocurriendo situaciones insólitas, como países enteros en cuarentena. Nadie queda afuera: ni personas ni organizaciones; ni las grandes y poderosas ni las medianas o pequeñas. Tampoco discrimina por públicas o privadas, con fines lucro o sin fines lucro. Todos estamos inmersos en un contexto de incertidumbre global y mundial…
Desde el liderazgo, debemos estar listos para operar en un mundo tal y como emerge.
El impacto del COVID-19 abarca muchos aspectos y los expertos aún no saben predecir sus consecuencias en términos de salud, economía, producción o interacciones sociales. Pero sin lugar a duda podemos predecir, en términos de aprendizaje, que nos va a dejar una mayor conciencia sistémica.
Hoy más que nunca nos damos cuenta de que pertenecemos a un sistema mayor y que todo lo que pase en una parte del sistema afecta a la otra. Nos dimos cuenta de que el covid 19 no era solo un problema de China, cuando lo comentábamos muy cómodos y lejanos desde nuestro sillón. Era también un tema nuestro. Y que el concepto mientras yo esté bien, los demás no importan ha perdido vigencia, si queremos avanzar hacia un mejor futuro.
En este momento se hace más vigente que nunca la filosofía sudafricana capitalizada en la palabra Umbutu. Término proviene de las lenguas zulú y xhosa que significa “soy porque nosotros somos”. De esta filosofía se desprende un sentido de reconciliación y solidaridad; valores y principios que se encuentran íntimamente relacionados con esta filosofía de África y que cobran especial importancia hoy.
Esta conciencia de unidad implica pensar en los demás, que en definitiva es una forma de también pensar en mi. Postergar mi necesidad por un bien mayor que en definitiva tendrá un impacto en mi también.
¿Cómo conciliar mi necesidad inmediata con la necesidad colectiva, cuando las veo separadas y no como una unidad interconectada?
Hoy nos damos cuenta, de manera muy tangible, cómo una mirada de unidad y conectividad nos potencia. Y se hace evidente las carencias de la mirada separatista en la que estuvimos hasta inmersos hasta ahora.
Ojalá que esta conciencia sistémica sea de ahora en más una nueva manera de ser, pensar y hacer en el mundo.
Llevándolo al ámbito de tu empresa: ¿qué mirada está rigiendo hoy? ¿La sistémica o la individualista? ¿Y en tu equipo?
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